El Ford Scrot

UN grupo de psicólogos ingleses aficionados a los estudios sexistas acaba de descubrir que las mujeres se sienten atraídas por los hombres con el coche más caro. ¿Y cómo han llegado a esa conclusión?, se preguntarán ustedes. Pues muy fácil. Les han mostrado fotografías de un individuo apoyado en el capó de un Bentley plateado de 140.000 euros y del mismo sujeto sentado en un Ford Fiesta y, curiosamente, la inmensa mayoría ha opinado que el primero era mucho más atractivo.

El estudio es irrefutable, pero podrían habérselo ahorrado. Por estos lares hace siglos que llegamos a esa conclusión, y todo el mundo sabe que los coche de lujo no son medios de transporte sino efectivos afrodisiacos. En la costa de las copas muchos salen a ligar con un llavero de Mercedes y, cuando alguna ha caído en la red, ponen como excusa que se lo ha llevado la grúa y que mejor tomar un taxi. Aunque también conozco a uno que obtenía resultados similares con su Ford Scrot. Publicidad subliminal, lo denominaba él.

Resumiendo la teoría inglesa de forma burda podría decirse que cualquier hombre con 6 millones de euros tiene un espectacular parecido con George Clooney, que se acrecienta a medida que su cuenta gana en ceros. Y no es machismo, dicen los psicólogos mencionados, sino simple y llanamente evolución: las mujeres se decantan por los machos con un alto estatus, porque estarían en mejores condiciones de criar hijos sanos. Claro, que también cabe otra posibilidad, y es que la mujer lo que desea en realidad es el coche y no al maromo que está plantado delante. Mi vecina, bastante feúcha, por cierto, acaba de comprarse un Porsche Cayenne y se está poniendo de un buenorro que no te menees. Y no es broma.

Josetxu Rodríguez