El anuncio de que la crisis va para largo y el miedo a que los socialistas que asedian Ajuriaenea se queden con todo el mérito, ha hecho que el Departamento de Agricultura vasco haga público sus experimentos genéticos para hacer frente a un hecatombe alimentaria sin precedentes. " Sin bancos podemos vivir; sin chuletones, no", ha comentado su titular, Ramón Jamón Jaureguiñela.
El doctor Faisán, retratado junto a su prototipo con mi teléfono móvil ¿Se imaginan ustedes un gallo de 130 kilos, un metro ochenta de altura, con sabor a faisán y que cante en euskera? Ese animal ya existe: se llama “Kíkiri-Kong” y ha sido creado con ingeniería genética por un laboratorio supersecreto del Gobierno vasco. Un pequeño grupo de privilegiados pudieron asistir a la presentación de este animal, en un hangar rodeado de un mar de patatales, al que fueron conducidos con los ojos vendados.
“Kíkiri-Kong” es la joya de la corona del proyecto “Gargantúa”, una iniciativa que busca el autoabastecimiento alimenticio de Euskadi como un paso más hacia la soberanía plena. “Hemos decidido mostrarlo a la opinión pública –explica su creador, el doctor Faisán– antes de que se nos adelanten los israelíes, que acaban de presentar un cerdo con cuatro jamones traseros. Una mierda de jamón, todo hay que decirlo”.
Según el responsable del proyecto “Gargantúa”, las ventajas de “Kíkiri-Kong” son evidentes si las comparamos con un gallo tradicional. “Podría enumerarlas, pero no me da la gana. A mí no me pagan por hablar con periodistas. Sólo diré que si te montas en él, es capaz de llevarte al trigal más cercano a 70 kilómetros por hora”.
El camino para conseguir este inmenso animal no ha sido fácil. Según comenta el portero del hangar, ha habido días que “esto parecía la isla del doctor Moreau. Primero intentaron crear un pollo con cuatro patas y les salió un pato con cuatro poll... En fin, que, en cuanto te descuidabas, tenías al puto pato encima de la pata echándote la pota. El pobre murió de sobredosis de narcóticos. Todavía están buscando al responsable. Je, je”.
También intentaron cruzar un pollo y un cerdo en vistas a abastecer el mercado de sandwich de pollo con beicon, pero el experimento se frustró porque el cerdo sufría crisis de identidad y ponía huevos con plumas. Un desastre.
Pero, quizás, la parte más oscura de este laboratorio es la dedicada a los experimentos hechos con las pollas, que silenciaremos por decoro.
DOS EXPERIMENTOS COMPLETAMENTE FALLIDOS
La “vaca-mundi”
Cosmopolita y muy viajada. Se pensó en ella como productora de carne para los menús que sirven en los aviones pero, al final, no llegó a cuajar. Ahora imparte clases de geografía en una granja escuela.
"Salchiperro"Estuvo a punto de ser un gran bombazo. Se criaban en cautividad y no sólo eran muy alimenticios, sino que hacían compañía al dueño. La pega es que, algunos, más que calientes se ponían cachondos.
Josetxu Rodríguez