viernes, 20 de marzo de 2015
Photoshop no casa con los novios
Si no eres especialista, ni lo intentes. Puedes romperte las piernas cuando choquen con el bate de beisbol del novio...
miércoles, 4 de marzo de 2015
lunes, 2 de marzo de 2015
El orden, la virtud de los mediocres
SUELEN decir que el orden es la virtud de los mediocres y, como cada año por estas fechas, me dispongo a ser lo más mediocre posible. Aunque no soy de los que colocan las verduras alfabéticamente en el frigorífico: acelgas, berenjenas, calabacines, champiñones, y así hasta las zanahorias, me gusta mantener organizado el caos que me circunda.
Para este año he elaborado un detallado plan y me he puesto como meta tener la casa estructurada de tal forma que: A) Pueda encontrar un objeto grande en un intervalo no superior a los siete minutos: por ejemplo, una maleta, la aspiradora, la cama. B) Consiga localizar un objeto pequeño en no más de siete horas: el cepillo de dientes, una linterna, el sacacorchos. C) Descubra lo que necesito urgentemente como máximo en siete días: la pomada antiquemaduras, las tarjetas del banco, el papel higiénico.
Para ello, he dividido la vivienda en diferentes áreas de actividad: zona de alimentación, de audiovisuales, de descanso, de intimidad, etc. El siguiente paso será evitar que los objetos propios de cada una de ellas invadan la colindante. Así, por más que los ajos necesiten un sitio oscuro y con poca humedad, y que el cajón de los calcetines reúna esas condiciones, no volveré a guardarlos juntos.
Espero tener más suerte que el año pasado, cuando preparé un organigrama similar y lo perdí a los pocos minutos de haberlo terminado. Estaba en el retrete y todavía me pregunto qué coño hice con él.
Josetxu Rodríguez
domingo, 1 de marzo de 2015
Vuelven los gorrones
Con el tiempo, los gorrones han evolucionado y perfeccionado su estilo, sobre todo con las tarjetas y el dinero de plástico. Ahora es más difícil conseguir una cantidad razonable en billetes, por lo que se han especializado en otro tipo de sablazos: -"¿Te importa pagar la comida?". -"¿Qué pasa, no tienes tarjeta?". -"La tengo en el taller para que le cambien el aceite". Los gorrones tarjeteros, como podríamos denominarlos, no le hacen ascos a nada y se quedan impertérritos ante la canceladora del metro esperando a que pagues la ronda: -"¿Y tu billete?". -"Lo tengo en la cartera, pero por no sacarla...".
Me referiré, por último, al gorrón fumador. Poblaban las anchas praderas de oficinas funcionariales, periódicos, despachos, bares y fábricas. Eran alegres y pizpiretos y te daban conversación mientas te saqueaban los cigarros. Algunos ofrecían pitillos a los presentes, por supuesto, de tu paquete. El precio del tabaco les ha puesto al borde de la extinción. Concretamente, el último que vi tenía mal color e intentaba pedir socorro mientras un fumador empedernido le apretaba el cuello con las dos manos.
Josetxu Rodríguez
@caducahoy
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