EL Gobierno va a reducir la jornada laboral de los funcionarios con la ingenua pretensión de que aumente el empleo. A mí esto me suena como si alguien me dijera que va a dar de comer chocolate a las vacas para que pongan huevos de Pascua.
La jornada laboral de los funcionarios nunca ha tenido nada que ver con el empleo; ni siquiera con el trabajo. Los funcionarios no están puestos ahí para que trabajen sino para que dirijan el país. Estaríamos buenos si dejáramos las decisiones importantes en manos de los políticos, que hoy están aquí y mañana forrándose en la empresa privada.
Para cumplir su función de luminarias en este valle de lágrimas, Dios les creó especialmente resistentes para poder sobrevivir en cualquier tipo de condición por difícil que ésta sea.
Quienes les conocen a fondo afirman que son inmunes a la radiación nuclear, y los únicos humanos capaces de multiplicarse por medios no sexuales. Como pareja no tienen precio, ya que llegan a casa descansados y con el periódico leído. Tan necesarios como temidos, sus detractores dicen que la mayoría son perezosos, pero que los laboriosos son igual de dañinos.
No obstante, tenemos mucho que agradecerles ya que con sólo hacer cumplir la ley a rajatabla serían capaces de tumbar Gobiernos y, sin embargo, sentados en sus infraestructuras de trabajo eterno encarnan la continuidad de los valores de nuestra civilización capitalista:
- ¿Y ése quién es?
- El presidente del Gobierno.
- ¡Bah!, otro eventual.
Josetxu Rodríguez
2 comentarios :
Enhorabuena por el blog y el buen humor. Saludos.
Soy funcionario.
Salgo de trabajar a las 3, y a las 2 ya estoy comiendo en mi casa.
No se que opinaría Einstein del tema.
Solo se que mi mujer dice:"Eres el hombre más rápido del mundo, llegas enseguida". Su frase podría ser alagadora pero a mí, su tono no me suena bien.
¿Crees que debo participar en las Olimpiadas de Pekín? o ¿crees que debo matar a mi mujer?
Mikeloto
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