A la jornada se presentaron dos tiradores dispuestos –realmente- a batir todos los records. Alguno de los presentes reconoció que el desafío no era sencillo pues no se trataba precisamente de los cazadores mejor dotados de entre los presentes. Ni mucho menos.
El caso es que cuando todos se dirigieron a sus puestos, la empresa que suministraba aquel día las perdices rojas introdujo en la finca un camión con perdices congeladas. Los organizadores decidieron cargar la mano en los dos puestos aludidos, donde se encontraban los ilustres personajes empeñados en batir su propia marca. Diseminaron en abundancia las aves muertas por los alrededores y se fueron por donde habían venido.
La ‘tempestad’ se desató cuando uno de los tiradores se percató del fraude: tras cobrar una de las presas, descubrió que todavía estaba congelada por dentro. El afectado estalló a voz en grito contra los responsables: “Te vas a comer todas las que haya como esta, ¿me has entendido”. La compañía cobraba 35 euros por perdiz abatida aquel día.
La jornada acabó como el rosario de la aurora. De hecho, este altercado parece haber provocado una discreta reunión, celebrada a finales de diciembre, entre las principales empresas de caza del país, donde se habría pactado el fin de este tipo de prácticas fraudulentas. Al final, brindaron con vodka.
ULTIMA HORA: La piscifactoría que cuida los cotos de salmón real ha decidido no ahumarlos antes de de echarlos al río. Ya es algo.
1 comentario :
Puestos a filosofar ¿que es mejor? que a uno le peguen un tiro cuando está mamao o que primero le congelen "para que no sufra"
Si la respuesta es que lo mejor es estar borraco, aplíquese esto a los controles de alcoholemia. Que das positivo !PUM! matarile y así se evita un posible accidente de tráfico mortal.
Y si de la que se trata es de que la realeza quiere afinar su puntería ¿por qué no le disparan a las "barritas Pescanova"?
Mikeloto
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