miércoles, 9 de enero de 2008
Rebajas terapéuticas
ALGÚN día se reconocerá el importante valor terapéutico que para algunas personas poseen las rebajas. En muchas ocasiones, esta medicina produce efectos tan milagrosos como esos fármacos finiseculares creados gracias a la ingeniería genética.
–Querida, qué mala cara tienes, le decía una señora a otra el pasado lunes.
–Es que vengo del médico y me ha dicho que me falta magnesio.
–¿Y qué piensas hacer?
–Pues, lo de siempre, comprarme un bolso.
Aunque no existe una explicación científica, hay médicos que ya han tomado conciencia de las muchas disfunciones que pueden solucionarse sólo con que el enfermo pase su tarjeta bancaria por la ranura de varias cajas registradoras. Los más innovadores experimentan con recetas en las que puede leerse: “el paciente presenta síntomas de estrés y tics nocturnos, le recomendamos que se compre unas llantas de aleación ligera (en el caso de los hombres) o unos zapatos italianos (si es mujer). Si los síntomas persisten, repetir la operación a la inversa”.
En un mundo en el que los bancos envían la visa preescolar a los recién nacidos, sólo unos pocos heterodoxos miramos con desconfianza estas terapias modernas.
Cuando mi mujer me dijo que en un análisis de sangre le habían detectado una grave falta de diamantes, le regalé un collar. El remedio, lejos de funcionar, la puso como un basilisco subido a un obelisco. Y eso que era antipulgas...
Josetxu Rodríguez
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