Al final de la tarde, un ginecólogo espera a su última paciente...que no llega. Después de media hora de espera, supone que ya no vendrá y decide tomarse un gin-tonic para relajarse antes de volver a casa. Se instala confortablemente en una poltrona y empieza a leer un periódico, entonces suena el timbre de la puerta.... Es la paciente que llega toda sofocada y pide disculpas por el retraso.
- No tiene importancia - responde el médico - mire, yo estaba tomando un gin-tonic mientras esperaba. ¿Quiere usted acompapñarme y tomar algo?
- Acepto con placer - responde la paciente aliviada – con el sofocón que traigo...
Le sirve un vaso, se sienta frente a ella y empiezan a conversar sobre temas banales....
De repente se oye un ruido de llaves en la puerta del consultorio. El médico tiene un sobresalto, se levanta bruscamente y dice:
¡Mi mujer! Rápido, quítese la ropa y abra las piernas.
En la vida todo es relativo...
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