lunes, 22 de diciembre de 2008

El único condenado por el caso Mitrofán

Sergei Starostin no tuvo tanta suerte como nosotros...

"La increíble historia del oso Mitrofán generó chistes, decenas de caricaturas e incluso un rap. Sin embargo, a Sergei Starostin la cacería amañada del afable plantígrado sigue sin hacerle ni pizca de gracia. En otoño de 2006, él levantó la liebre del caso Mitrofán. Era vicejefe del departamento para la Protección y el Fomento de los Recursos Cinegéticos de la región Vólogda, y no dudó en denunciar en una carta abierta la caza de un oso manso que habría sido emborrachado con vodka para que lo abatiera el Rey de España, de visita en la región y, al parecer, ajeno al engaño.
Su denuncia sentó como un tiro a las autoridades locales y desde entonces Starostin dice sentirse presa de una cacería judicial lanzada contra él. «Ellos no me pueden perdonar aquello», reflexiona él. «Durante dos años han estado juzgándome por tres causas penales: por tenencia ilegal de municiones, por falsificación de documentos y por caza ilegal. De las dos primeras me exculparon por falta de pruebas, pero por la última fui condenado en octubre», relata a Crónica.
La condena le supuso pagar una multa de 80.000 rublos [2.100 E] y llevar de por vida la marca de condenado en el pasaporte (merma sus derechos cívicos), acarreándole la limitación en el uso de armas, exención harto dolorosa para un cazador. «Mi causa ha sido fabricada», dice Starostin. Llevará su caso ante el Supremo.
Esta semana han absuelto a los dos dibujantes del diario Deia José Antonio Rodríguez y Javier Luis Ripa, y al periodista Nicolás Juan Lococo del delito de injurias a la Corona. La Fiscalía pedía una multa de 10.800 euros debido a un fotomontaje en el que aparecía el Rey junto a un oso muerto apoyado en un barril con la inscripción «Bodegas Caza-Illa, para sentirse como un rey».
Enjuiciado por motivos bien distintos, Starostin no ha tenido tanta suerte. Tras su denuncia, el funcionario recibió presiones en su trabajo, donde le quitaron las pagas extra y el móvil oficial por «ausentarse» para hablar con la prensa (en concreto con este diario) el 26 de octubre de 2006. El cerco se estrechó y Starostin acabó destituido por orden judicial por «violación de las normas laborales». Ahora es vicedirector de la empresa de transporte de lácteos Moltransavto.
¿Pero qué pasó con Mitrofán? Cuando este diario visitó Vólogda en 2006 encontró su jaula vacía y a su compañera solitaria. Según la versión oficial, al oso lo mataron en su jaula y luego lo quemaron. «Sin embargo, nunca mostraron el lugar donde lo habían quemado», objeta Starostin. «Nadie lo quemó. Probablemente conservaron su cabeza o su piel como trofeo», explica. Luego, en diciembre de 2006 la Fiscalía quiso dar carpetazo al asunto: «No hubo cacería».
Pero el caso sigue vivo entre los lugareños. «Quienes fueron testigo de aquello están sanos y salvos gracias a Dios. La gente habla de ello. Nadie lo niega. El gobernador [de Vólogda] siempre me amenazaba con denunciarme por calumnia pero aún no lo ha hecho», se reafirma Starostin. De los testigos nadie quiere hablar. «¿Quién querría hacerlo? ¿Para que le hagan lo mismo que a mí? Hay poca gente capaz de eso», recapacita."

Leído en "El Mundo"

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