Un hombre de negocios entra en un hotel y pide una habitación con vistas al mar, dejando sobre el mostrador un billete de cien euros. El recepcionista le entrega unas llaves y el hombre se dirige al ascensor.
Minutos después, el recepcionista ve pasar al cocinero del restaurante, le llama y le dice: "Toma, los cien euros para la entrada del partido del domingo". Y le entrega el billete.
El cocinero coge los cien euros y, un poco más tarde, se los da al portero para que pague la quiniela que hacen conjuntamente.
El portero del hotel se cruza con una de las camareras y le da el billete como regalo de boda para su hija. La camarera, cuando pasa por recepción, le entrega el billete al recepcionista para pagar la habitación que habían ocupado el fin de semana una pareja de amigos.
Minutos después, el hombre de negocios baja muy enfadado y le dice al recepcionista que la habitación no tiene vistas al mar, que le devuelva el dinero, que quiere marcharse. El recepcionista le devuelve el billete.
Moraleja: para que funcione la economía no hace falta dinero. Es más, el dinero hace años que dejó de existir. Así que si has perdido tus ahorros, no los busques en los bancos.
3 comentarios :
Juas... muy bueno.
El dinero está en las cárceles.
Saludos
Antonio
Y hace unos meses en el ladrillo, ahora, debajo del ladrillo
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