Llega el Conde a su mansión:
El mayordomo, atentamente, le abre la puerta, agacha la cabeza y reverencialmente lo saluda:
- Adelante, hijo de la gran puta, ¿de dónde viene el señor Conde con esa cara de gilipollas amariconado?
A lo que el Conde, sonriente, le contesta:
- De comprarme un audífono.
2 comentarios :
Jeje, gran chiste este. Hacía mucho tiempo que no lo escuchaba.
De vez en cuando los publicamos para que los conozcan las nuevas generaciones...
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