jueves, 24 de abril de 2008

Mejor un crucero que una residencia de ancianos


Un matrimonio de viaje en un crucero por el Mediterráneo a bordo de un trasatlántico de la Empresa Princess, durante el almuerzo, vieron una señora viejita sentada cerca de la barra del restaurante principal. Notaron que todo el personal, la tripulación del barco, mozos, ayudantes de mozos, etc. estaban muy familiarizados con ella. Preguntaron al mozo que los atendía, esperando que les respondiera que ella era la dueña de la compañía de cruceros o algo por el estilo, pero el mozo respondió que no, que ella llevaba viajando en el barco de en los últimos seis viajes de ida y vuelta. Una tarde cuando salían del restaurante conversaron con ella:
-Por lo que sabemos usted ha estado en este barco en los últimos seis viajes.
Ella respondió: 'Sí, es verdad'. Le dijeron que no entendían la razón por lo que lo hacía y ella respondió en el acto:
-Es que es más barato que una residencia para ancianos. No me quedaría nunca en una de ellas. De ahora en adelante, viajaré en este crucero hasta mi muerte. El costo medio para cuidar ancianos en esas residencias es de 120 euros por día. En esta compañía de cruceros puedo obtener un importante descuento cuando compro los viajes con bastante anticipación, además del descuento para jubilados. Así que:
1) El viaje me sale unos 65 euros diarios y unos 10 euros diarios de propinas.
2) Tengo más de diez comidas diarias, si quiero puedo ir a los restaurantes, o puedo tener el servicio en mi camarote, lo que significa que puedo tener el desayuno en la cama, todos los días de la semana. Ah, y algo más...
3) El barco tiene tres piscinas, un gimnasio, lavadora y secadora de ropa gratis, biblioteca, bar, Internet, cafés, cine, show todas las noches y un paisaje diferente cada día.
4) También me dan la pasta dentífrica, el uso de un secador de pelo, el jabón y el champú gratis.
5) Te tratan como cliente y no como paciente. Con una propina extra de cinco euros
tengo a todo el personal de servicio para que me ayude.
6) Conozco nuevas personas cada siete o catorce días.
7) ¿Se rompió el TV? ¿Necesito cambiar una lamparita? ¿Quiero que me cambien el colchón? No tengo problemas; ellos arreglan todo y me piden disculpas por los inconvenientes.
8) Lavan la ropa de cama y las toallas todos los días, y no tengo que pedir que lo hagan.
9) Si usted va a parar a un asilo de ancianos y se rompe la cadera, a única salida es la Seguridad Social.
Si se cae y se fractura un hueso en algún barco de esta empresa, lo pondrán en una suite de lujo el resto de su vida. Además puedo viajar por Sudamérica, Canal de Panamá, Tahití, Caribe, Australia, Mediterráneo, Nueva Zelanda, por los fiordos, por el Nilo, Río de Janeiro, Asia o donde se me ocurra ir... Por eso, mis queridos, no me busquen nunca en un asilo de ancianos. Vivir entre cuatro paredes y un jardín como paciente de hospital...??? No gracias!!! Ahhh...me estaba olvidando, si uno muere en un crucero, te entierran en el mar sin ningún costo adicional...!!!!! Y si consiguen algún pasajero que les quiera brindar unas horas de placer, no tienen que ir a ningún hotelucho. Esto es vida.

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