En la tienda sólo había tres reglas:
1-Nunca se puede volver
2-Por cada piso aumenta la calidad del marido
3-No se puede volver atrás. Solo para salir de la tienda.
La mujer, muy contenta, va a ver lo que tiene la tienda.
Cuando llega, en el primer piso hay un cartel que dice en grande "Aquí hay maridos trabajadores".
A la mujer le parece bien, pero sube otro piso. En el segundo piso hay otro cartel que dice "En este piso hay hombre guapos y trabajadores".
"Oh! Nada mal" piensa la mujer, pero sube otro piso. El cartel del tercer piso dice "En este piso hay hombres trabajadores, guapos y románticos".
"¡Madre mía!" piensa la mujer, pero vuelve a subir. El cuarto piso decía "Aquí encontrarás hombres trabajadores, guapos, románticos y que ayudan en el hogar".
La mujer, ciertamente, se ve tentada a quedarse, pero decide subir otro piso.
El quinto piso dice "En este piso encontrarás hombres trabajadores, guapos, románticos, que ayudan en el hogar y le gustan los niños".
La mujer por poco se desmaya y casi decide quedarse, pero la curiosidad la vence y vuelve a subir.
En el cartel del sexto piso decía:
"A este piso han llegado 12.354.767 mujeres. En este piso NO HAY HOMBRES. Es sólo una prueba de que para las mujeres nunca habrá un hombre perfecto".
...
Dado el éxito del establecimiento, enfrente de él se abrió otro similar: la "tienda de las esposas". Las reglas eran las mismas y el día de la inauguración se llenó de hombres.
En el primer piso el cartel decía: "En este piso hay mujeres a las que les gusta mucho el sexo".
En el segundo piso decía: "En este piso hay mujeres a las que les gusta el sexo y saben cocinar".
El establecimiento tuvo que cerrar una semana después porque nadie subía a los pisos superiores...
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