LA niña ha colgado unas fotos en Tuenti
desde su actual residencia en una urbanización de lujo en Dallas, en
donde ha sido acogida para hacer 4º de la ESO en un instituto tejano que
tiene muy poco que ver con el de Física y química.
En la imagen está sentada al volante de un hummer
rosa. Por la ventana del vehículo se percibe una casa de ensueño junto a
un lago. En las otras hay motos de agua, parques de atracciones y una
pizzas del tamaño de la rueda de un camión mediano. También aparecen sus
padres de acogida y sus dos hijas. Él, modelo armario, es joven, alto,
lozano y con cara de salir de una guerra de almohadas; la madre,
encantadora y sonriente; y las niñas, de anuncio de champú infantil.
Bajo las imágenes hay una especie de carta a sus padres, que viven en
Laudio, en la que les informa de que, tras un mes viviendo en Estados
Unidos, no tiene ninguna intención de volver al pueblo, porque no podría
soportarlo.
A ellos casi les da un vahído. Han pasado meses madurando
la decisión, superando su instinto paternal, haciéndose a la idea de que
van a perderse parte de la adolescencia de su hija para mejorar su
educación y ahora se dan cuenta de que para ella son poco más que el happy meal
de McDonalds. Es posible que la niña recapacite y en algún momento del
curso les eche de menos pero, si no es así, la única opción que les
queda es invitar a la familia tejana a los próximos Sanfermines y
secuestrar a su hija aprovechando el barullo. Qué triste.
Josetxu Rodríguez
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