CARIÑO, se ha roto un azulejo en la ducha...
-Ya...
-Y queda bastante feo...
-Sí...
-Se filtrará el agua a la pared...
-Es posible...
-Tendríamos que cambiarlo...
-¡¡¡Ni se te ocurra!!! Me niego rotundamente. Lo mejor es que compremos un cuadro de Chillida o de Botero, ahora que expone en el Bellas Artes, y lo colguemos ahí. Tapamos el estropicio y, de paso, le damos un toque más cool a la zona.
-¿Pero te has vuelto loco? Con la humedad se estropeará...
-¡Qué va! Le hacemos una urna de cristal climatizada con sensor antivibraciones y quedará perfecto.
-No sabes lo que dices. Eso nos puede costar 12.000 euros tirando por lo bajo, más el cuadro...
-Querida, nada de lo que hagamos nos saldrá más barato. La gente de la piqueta y el cemento está rabiosa y, como no tiene trabajo, sale cada mañana en busca de incautos con la calculadora de hacer presupuestos de cinco cifras. Además, al de la furgoneta solo le ves una vez. En cuanto aceptas la reparación desaparece hasta la hora de cobrar y, mientras tanto, tienes que enfrentarte a una cuadrilla formada tras el ERE de la Torre de Babel que no se entienden ni entre ellos. Lo mismo les ordenan que piquen el baño y saquen el escombro de casa y deducen que han de tirar el baño, saquear y hacer escombros la casa.
Personalmente, apuesto por lo del botero, que nos saldrá más rentable. Además, si Roca, el cerebro de la trama Malaya, que de obras sabía un rato, tenía un cuadro de Miró en el baño, por algo sería.
Josetxu Rodríguez
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