ESTIMADA madre superiora del monasterio de Santa Lucía de Zaragoza: le hago llegar este mensaje en la confianza de que usted mejor que nadie sabrá que tanto sacerdotes como periodistas tenemos la obligación de mantener el secreto profesional y el anonimato de las fuentes que nos informan. Pues bien, ha llegado a mis manos una carta de arrepentimiento del ladrón que, según la primera denuncia que ustedes hicieron, les robó 1,5 millones de euros almacenados en un armario en tacos de billetes de 500, aunque, posteriormente, su abogado, rodeado de unos cuantos inspectores de Hacienda, aseguró que solo habían sustraído 400.000.
Según explica en su misiva, el ratero no ha podido dormir en los últimos días y no sabe si es de remordimiento o de unas chichas con almejas que se comió con unos amigos, pero, ante la duda, ha decidido devolverles lo sustraído para poder echar la siesta a gusto. Asegura que el abogado tiene razón, que solo había 400.000 euros y que me los entregará en una bolsa de basura nueva para que yo mismo los deposite en un confesionario del convento. Como prueba de arrepentimiento y buena voluntad incluirá una calculadora para que no vuelvan a equivocarse, y una limosna de 500 euros de sus propios ahorros para que digan unas misas por su alma.
Si le perdonan, se ofrece a declarar en el juicio por evasión de impuestos en su favor. En cuanto a mis servicios, no se preocupe, que ya me he arreglado con él. Atentamente, su hermano en Cristo.
Josetxu Rodríguez
No hay comentarios :
Publicar un comentario