Miren la cara que se le queda a la presentadora cuando se da cuenta de que la van a despedir...pobre. Al final, la Sexta le pagará el premio al concursante ante el escándalo formado.
Quienes dudan de que el hombre sea un animal inteligente -las mujeres no están en cuestión- ponen como prueba a esos individuos que se pasan la madrugada con el teléfono en la oreja, esperando contestar una pregunta chorra en un concurso de televisión, mientras el marcapasos de la tarificación adicional echa humo.
Hace un par de días, uno de estos infelices consiguió extraer el nombre de Asdrúbal de un panel. Para conseguir 60.000 euros le quedaba lo más difícil, adivinar cuatro letras escritas dentro de un sobre. Para pasmo de la presentadora y del somnoliento equipo de grabación las recitó sin titubear, como si las supiera de antemano. No se puede describir la escena, vean el vídeo.
La chica neumática se quedó sin habla ante los berridos que le llegaban por el pinganillo. Cuando salió de la conmoción, sólo atisbó a decir que la respuesta no era válida porque el orden de las cuatro letras no era el correcto. Se ha montado tal cisco, que la Sexta ha decidido pagar el premio, una minucia comparada con la publicidad gratuita que ha conseguido.
Ahora, la cuestión es saber quién quería timar a quién. Si la cadena al concursante, el concursante a la cadena o ambos a todos los enfebrecidos noctámbulos que abarrotarán esta noche las líneas tras comprobar que, por las buenas o por las malas, los premios se pagan. La verdad, no sé con qué opción quedarme, lo que sí sé es que cuanta más televisión veo, más echo de menos la carta de ajuste.
Hace un par de días, uno de estos infelices consiguió extraer el nombre de Asdrúbal de un panel. Para conseguir 60.000 euros le quedaba lo más difícil, adivinar cuatro letras escritas dentro de un sobre. Para pasmo de la presentadora y del somnoliento equipo de grabación las recitó sin titubear, como si las supiera de antemano. No se puede describir la escena, vean el vídeo.
La chica neumática se quedó sin habla ante los berridos que le llegaban por el pinganillo. Cuando salió de la conmoción, sólo atisbó a decir que la respuesta no era válida porque el orden de las cuatro letras no era el correcto. Se ha montado tal cisco, que la Sexta ha decidido pagar el premio, una minucia comparada con la publicidad gratuita que ha conseguido.
Ahora, la cuestión es saber quién quería timar a quién. Si la cadena al concursante, el concursante a la cadena o ambos a todos los enfebrecidos noctámbulos que abarrotarán esta noche las líneas tras comprobar que, por las buenas o por las malas, los premios se pagan. La verdad, no sé con qué opción quedarme, lo que sí sé es que cuanta más televisión veo, más echo de menos la carta de ajuste.
Josetxu Rodríguez
3 comentarios :
¿y el vídeo por que lo han quitado del Youtube?
Lo he vuelto a colgar.
Gracias por avisar
Anda que ......... si se dan cuenta la presentadora cuando se da una cara de susto mete el papel y saca otro
[seguro que la an despedido jeje :)] porque el que dije
era el correcto es un timo, como muchos.
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