lunes, 11 de febrero de 2008

¡Que te duermas, coño!


SI usted no ha oído hablar del doctor Estivill, es que forma parte de ese grupo de afortunados que a las cuatro de la madrugada están durmiendo y no sobrecogidos ante un bebé que golpea los barrotes de la cuna con un martillo musical con la misma saña que lo haría un capo de Alcalá Meco al que no se le permite ver el episodio de “Sin tetas no hay paraíso”.
El doctor Estivill es el autor de “Duérmete, niño“, un método que permite practicar exorcismos sobre pequeños que, a partir de las diez de la noche, parecen poseídos por el espíritu de un gremlin epiléptico.
Fundamentalmente, se trata de un ritual en el que usted debe asumir el papel de un coronel de marines cuya jubilación dependiera de su capacidad para convertir a un psicópata lactante en un angelito rubio que anuncie pañales en televisión.
El doctor, que dice conocer a los niños como si los hubiera parido, promete tres noches de sangre, sudor y lágrimas antes de alcanzar el éxito. La norma básica es dejarle llorar y cada cinco minutos acercarse a la cuna y decirle: «Cariño, te quiero mucho, pero es hora de dormir». El efecto que produce esta frase es similar al del agua bendita sobre los endemoniados porque el bebé, para que le cojas, será capaz de ponerse azul, vomitar e incluso girar la cabeza 360 grados. Le puedo asegurar que si usted resiste estos envites, habrá ganado la partida. A mí no me ha funcionado con mi hija, pero sí con mi mujer los fines de semana.
Josetxu Rodríguez

4 comentarios :

Iñaki Murua dijo...

Josetxu, reconozco que soy de esos/as felices que apenas han perdido sueño por los/as hijos/as.

Pero, por curiosidad, a ver si nos explicas un poco más eso de que con la hija no te ha funcionado pero con la mujer sí; ¿acaso pegaba con algún martillo en la pared? :-D

Anónimo dijo...

¿Te acuerdas de la protagonista de "Atracción fatal" o "Fuego en el cuerpo"? Pues eso, me costó bastante que dejara de pegarme en la cabeza con el martillo musical para marcar el ritmo. En fin, qué te voy a contar...

Anónimo dijo...

Lo mejor para que el niño o niña duerma de un tirón toda la noche es que la madre se tome un buen copazo de ginebra por la noche, media hora antes de dar la teta al bebé. Ambos, madre e hijo, dormirán como un ceporro toda la noche.

Dortor Mikeloto

Iñaki Murua dijo...

Pues sigue Estivill con sus consejos (vía Público

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